Desea ponerse en forma, mantenerse sano y sentirse bien con su cuerpo. Primero, las buenas noticias: es 100% posible. Pero hay algunas malas noticias: para mantenerse saludable y en forma, y lograr los bíceps esculpidos que siempre deseó, debe cumplir el plan. Y, sobre todo, no puede inventar excusas.
Es la definición de “más fácil decirlo que hacerlo”, ¿cierto? Pero superar esa montaña de excusas puede ser más fácil de lo que cree.
Debe comenzar cambiando el enfoque, dice Julia Buchanan, Ph.D., profesora adjunta de educación y promoción de la salud y coordinadora del programa de ciencia del ejercicio en la University of Cincinnati, Ohio.
Primero: deje de llamar “excusas” a sus excusas. Llámelas “barreras”. “El término ‘excusa’ implica juicio y puede generar autocrítica y culpa”, explica Buchanan. “Usar el término ‘barrera’ ofrece un enfoque más objetivo. Aunque presente un desafío, aún podemos solucionarlo”.
Segundo: tenga en cuenta que cambiar hábitos lleva tiempo y que habrá altibajos en el camino. “A veces solo hace falta comenzar y tener en mente que aparecerán barreras, pero que usted se concentrará en las soluciones”, sostiene Buchanan. “Al anticipar una barrera, podemos tener preparado un plan para solucionarla”.
Y, por último, Buchanan también recomienda dividir el objetivo en pasos más pequeños que vayan aumentando con el tiempo. “Un paso más pequeño se puede iniciar de inmediato, no requiere motivación ni fuerza de voluntad, es seguro y, con el tiempo, resulta transformador”, afirma.
Frente a los contratiempos, siga avanzando. “Acepte todas estas fases como oportunidades de aprendizaje y mantenga el rumbo”, dice Buchanan. “La constancia es clave”.
Ahora que cuenta con los pasos para cambiar de enfoque, es hora de ponerlos en práctica. A continuación, encuentre siete barreras habituales que hay que derribar en el camino para tener éxito haciendo ejercicio.
Barrera n.º 1 para hacer ejercicio: “Estoy demasiado cansado para hacer ejercicio después de trabajar o de ocuparme de mi familia”.
Para esta barrera, experimente un poco. Descubra en qué momento del día tiene más energía y haga ejercicio en ese horario. “¿Podría hacer ejercicio por la mañana o al mediodía, en lugar de esperar hasta el final del día?”, pregunta Buchanan.
También podría dividir su rutina de ejercicio en partes más pequeñas a lo largo del día o combinarla con otras actividades. Por ejemplo, salga a trotar por la mañana antes del trabajo y luego haga pesas en el sótano fuera del horario de trabajo. “¿Puede mantenerse activo en familia o mientras está en el trabajo para aprovechar el tiempo al máximo?”, pregunta Buchanan.
Y recuerde: hacer ejercicio en forma regular da inicio a un ciclo de energía positiva. Se sentirá menos cansado cuanto más ejercite.
Barrera n.º 2 para hacer ejercicio: “No estoy motivado”.
Buchanan recomienda crear maneras que lo ayuden a mantener el hábito, como crear una lista de reproducción divertida para hacer ejercicio, comprar ropa deportiva nueva o vincular el ejercicio con actividades que disfrute, como reunirse posteriormente con un amigo. O lo que es mejor, quizás pueda jugar al hockey improvisado o asistir a una clase de yoga con amigos. “Y celebre”, añade Buchanan. “Dedicar tiempo a concentrarse en las emociones positivas que brinda el movimiento generará autoeficacia con el tiempo”.
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Barrera n.º 3 para hacer ejercicio: “No tengo suficiente tiempo”.
Comience describiendo su cronograma diario y sus prioridades. Si sabe que tendrá un día ajetreado desde la primera reunión virtual hasta el beso de buenas noches a su hijo pequeño, intente hacerse tiempo para un breve entrenamiento por la mañana.
Levantarse una hora antes puede parecer imposible, pero recuerde: empiece de a poco. Ponga la alarma del reloj 15 minutos antes para hacer una breve serie de yoga. Una vez que lo haya logrado, programe la alarma otros 15 minutos más temprano, y así sucesivamente. De nuevo, quizás pueda dividir el ejercicio en sesiones más cortas a lo largo del día.
Buchanan ofrece ideas como “una caminata de 10 minutos entremedio de reuniones o mientras espera que sus hijos terminen de entrenar” o “estacionar lejos de la tienda”, lo cual lo obligará a hacer un esfuerzo para ir de un punto a otro. También puede hacer ejercicio a primera hora de la mañana, antes del ajetreo diario. Incluso podría salir a caminar o trotar durante la mitad de su hora de almuerzo.
Barrera n.º 4 para hacer ejercicio: “Odio hacer ejercicio”.
Buchanan sugiere nuevamente cambiar las palabras: deje de llamarlo “ejercicio” y, en cambio, llámelo “movimiento”. “Existen muchas formas creativas de moverse que no es necesario etiquetar como ejercicio”, sostiene.
Se trata de encontrar actividades físicas que le gusten. “Ya sea salir a caminar en un entorno natural, asistir a clases semanales de gimnasia en grupo, practicar yoga en casa, unirse a un club de ciclismo o carreras, realizar servicio comunitario, levantar pesas o entrenar para competencias de ejercicio físico, si encuentra algo que lo entusiasme, es más probable que mantenga la conducta con el tiempo”, dice Buchanan.
La clave es seguir probando nuevas actividades hasta que encuentre la adecuada.
Barrera n.º 5 para hacer ejercicio: “Me da mucha vergüenza ir al gimnasio”.
“Hay tantas formas de estar activo en casa, al aire libre o en otros espacios de acondicionamiento físico, como un estudio, al margen de los gimnasios tradicionales”, dice Buchanan. Si desea probar un gimnasio, la sugerencia es que comience poco a poco. Por ejemplo, lleve a un amigo, conozca a los instructores y al personal del gimnasio, y pídales que le muestren el lugar. “Cuanto más familiar le resulte el entorno, menos dudas tendrá para ir”, agrega.
Barrera n.º 6 para hacer ejercicio: “Es muy costoso”.
La buena noticia es que hay miles de opciones gratuitas. “Por ejemplo, puede caminar al aire libre o en el parque, hacer ejercicio en casa con elementos que tenga a mano o buscar un video de baile divertido en YouTube”, afirma Buchanan. “El movimiento, por naturaleza, es libre y gratuito”.
Si bien el aspecto financiero es un problema real para algunas personas, si hay algo que realmente le gusta, considere el valor y vea si puede darle prioridad dentro de su presupuesto. Si considera el ejercicio físico como una “necesidad”, y no como un “deseo”, estará más dispuesto a invertir en su salud.
Barrera n.º 7 para hacer ejercicio: “Hace mucho frío, mucho calor, llueve…”
Si hace ejercicio bajo techo, por lo general no tendrá que preocuparse por el clima. Pero si se ejercita al aire libre, considere lo que pueda hacer de manera segura. “A veces, solo es cuestión de tener el equipamiento adecuado para el clima, especialmente cuando se trata del frío o la lluvia”, dice Buchanan. “Cuando haga calor, intente ir a áreas con mucha sombra o hacer ejercicio por la mañana temprano”.
En conclusión: existen infinitas barreras que puede crear para evitar el movimiento. Para eliminarlas, comience poco a poco y vaya avanzando. En poco tiempo, ¡estará haciendo ejercicio en forma regular y además se sentirá más saludable!
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Este anuncio contiene información recopilada por UnitedHealthcare. UnitedHealthcare no manifiesta que estas declaraciones sean veraces. Si necesita asesoramiento médico, consulte directamente con su médico de atención primaria.
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